Para conseguir la sexta cumbre del proyecto, dos montañeros del Club Montisonense (Ricardo Arnaiz y Santi Solá) viajamos el 29 de Julio hacia Asturias para ascender al pico más alto del Sistema Cantábrico, el Torre Cerredo (2.648 m.), que está situado en el Parque Nacional de los Picos de Europa, cerca del mítico Naranjo de Bulnes o Pico Uriellu.
Los preparativos comenzarían días antes buscando mapas y rutas diversas, preparando el material necesario y reconociendo la zona con las fotografías que valiosamente otras personas cuelgan en internet.
Llegamos en coche al Concejo de Cabrales, famoso por sus quesos y sidras, tierra de un envidiable paisaje de cañones, prados, bosques y ríos salmoneros. Un viaje que merecería por si solo destinarse a visitar pueblos famosos como Potes, Arenas de Cabrales, Poncebos o nuestro punto de partida, Sotres. Esta pequeña población está enclavada justo donde el cañón del río Duje se abre y nos muestra una espléndida cordillera, llena de picachos enmarcados sobre bellísimos prados de hierba y a veces colonizados por helechos. El último tramo en automóvil fue un polvoriento camino que nos llevaría al aparcamiento de los prados de Pandébano, donde sacamos las mochilas y nos dispusimos a tomar la vía tradicional del Refugio Uriellu. Era ya media tarde, la habitual niebla matinal hoy disipó pronto y nos dejó un sol radiante y caluroso, que invitaba a buscar una sombra donde resguardarse.
La bien señalizada senda discurre entre pequeñas casitas o bordas, alguna utilizada como refugio, y rebaños de vacas muy bien alimentadas. La ascensión pronto exige esforzarse, apenas hay sombras y solo quien se encuentre con un mínimo de fuerzas alcanzará el refugio después de un par de horas de ascensión. Parece que la gente no es muy previsora, pues encontramos numerosas personas con aspecto agotado y sediento después de pasar la tarde por estos valles.
Cruzamos en el camino barrancos muy verticales por los cuales el camino traza un corte similar a una cornisa, y un ultimo tramo con vistas al impresionante Naranjo de Bulnes siempre acompañado de escaladores. Bajo él, el Refugio nos esperaba acogedor, es un edificio moderno y con una situación muy estratégica. Cenamos y preparamos el material para el día siguiente, viendo un atardecer maravilloso con un mar de niebla que cubre el Cantábrico y que se vuelve anaranjado al ocultarse el sol. Grupos de ovejas lanudas se desplazaban corriendo de un lado a otro buscando cobijo para la noche. No se podía encontrar nada mas idílico.
Igual de hermoso fue el amanecer del día 30 de Julio, día de cima, la niebla seguía en el fondo de los valles y nosotros partimos en busca de nuestro objetivo, adelantándonos a todos los grupos que más tarde partirían del refugio. Atravesamos el paso de Corona de Raso, que nos obligó a una corta trepada por la áspera roca caliza y nos dirigimos al collado “Horcada Arenera”. Estábamos rodeados de imponentes picachos aparentemente infranqueables, mirases al que mirases parecía el más alto. Escondido tras ellos, asomó al fin el Torre Cerredo, con el Pico Cabrones a su derecha, la Torre Labrouche delante, y la Torre Coello a la izquierda.
En cada barranco que pisábamos sorprendíamos a algún grupo de sarrios, que dado que avanzábamos sin hacer mucho ruido, podíamos divisar muy próximos. No dejaban de vigilar nuestros movimientos, mientras nosotros los fotografiábamos en todo su ambiente.
Para la ascensión final guardamos los bastones, nos pusimos el casco y tomamos una canal pedregosa muy inclinada, que nos llevó a mitad del enorme paredón que forma esta cima. Dicha pared no resultó tan difícil como se relata en algunas guías, aunque exige atención a cada paso y utilizando las manos para apoyarse. Mucho antes de lo previsto, divisábamos el vértice geodésico de la cima, y al pisarla vimos bajo nuestros pies que, efectivamente, estábamos por encima de toda la cordillera. Un paisaje para enmarcar, la cara sur tiene un desnivel superior a los 1000 m. hasta el fondo de los valles, y la oeste muestra la increíble verticalidad de las montañas calizas. El mar Cantábrico se asomaba entre las nubes….
El descenso resultó fácil, si bien llegados al refugio reponíamos agua, pues estas montañas calizas filtran toda la que llueve hacia manantiales subterráneos. Nos quedaba bajar hacia Sotres acumulando un desnivel de más de 1.700 m. en 4 horas.
Descansados del día anterior, el sábado 31 de Julio antes del amanecer estábamos ya en el Santuario de la Virgen del Moncayo, de nuevo éramos los primeros en iniciar la marcha ascendiendo por el sendero tradicional y alcanzando la cumbre del Sistema Ibérico en poco más de hora y media. Divisamos al salir el sol la silueta del Pirineo sobre el fondo anaranjado, celebramos el pico nº 7 de PICO ESPAÑA y regresamos al Santuario muy acompañados puesto que a esas horas el Moncayo se convierte en una gran romería de personas que quieren subir a la cima. El sol apretaba, saciamos la sed en las fuentes próximas y un último esfuerzo, volver a Monzón donde nos esperaba la familia después de estos tres días tan provechosos.
De los doce picos que componen el Programa Pico España, llevamos ya siete cimas, estando próximos a cumplir el objetivo de ascender a todos los sistemas montañosos de España. Para el mes de septiembre, hemos programado la Sierra de Gredos (Pico Almanzor) y a la de Guadarrama (Pico Peñalara), ambos en el Sistema Central.
Enlace a las fotos de Santi de Torre Cerredo y el Moncayo.