Alegría Barri y Lolo López, acaban de culminar uno de los codiciados objetivos montañeros, "el ascenso a todos los tresmiles del Pirineo".
Los primeros en toda la Comarca del Cinca Medio en conseguirlo, con toda seguridad también la primera mujer en conseguir este reto. No apto a todos los montañeros, ya que conseguir la cima de alguno de ellos implica afrontar bastante grado de dificultad y en ocasiones de riesgo. Aunque todos somos conscientes que nos enfrentamos a un deporte, afición de riesgo, adicción a la montaña, o una mezcla de todas ellas.
No solo nos enfrentamos a la montaña en si misma, sino a una serie de condiciones físicas como la meteorología tanto en verano como de invierno, por mas preparados que podamos estar física y técnicamente, jamás podremos dominar las condiciones de la naturaleza, al riesgo de enfrentarnos a una dificultad técnica tenemos que añadir los riesgos que implican las nevadas en invierno o la furia de una tormenta de verano cuando estás en la cima de una cresta.
En montaña se viven sensaciones inexplicables, sensaciones agradables, de euforia, de alegría, se aprende a ser calmado para poder tomar las decisiones oportunas, se aprende a ser rápidos para salir de posibles apuros y sobre todo a buscar el raciocinio de las cosas, en definitiva es otra forma de vivir.
Lo que en un principio empezó por la simple ilusión de culminar algún que otro tresmil, ha terminando por ser un reto y si en un principio estaba muy lejos de sus metas montañeras, ya que realmente lo que satisface es el hecho de estar, hacer travesías, escalar o ascender nuestras montañas, ya sean tresmiles o cualquier otras altitudes, no siempre la meta está en conseguir o no ciertas alturas, sino en la superación de uno mismo, lo que para unos montañeros es algo simple y sencillo, para otros es todo un logro; pues bien, todo esto ha terminado por ser uno de sus objetivos, ya que como montañeros nunca se terminan los retos.
En el último de sus tresmiles cuando estaban a tan solo unos metros, solo se escuchaba su respiración entrecortada, no por la altitud, aunque estaban a mas de 3000m, sino de un nerviosismo que les decía !! ya esta!! lo hemos logrado.
En la cima del "último tresmil" ninguno de los dos derramó una lágrima de felicidad, con un fuerte abrazo y un montón de sonrisas fueron suficiente.
¿Como no recordar unos cuantos lugares, para ellos mágicos....? la Vallée d´Ôo, Rioumajou, Parque de Neouvielle, Valle de Vallibierna, Tabernés, la Vallée d´Oulettes de Gaube, la Vall Ferrera y sobre todo su valle predilecto....Ordesa y Mt. Perdido, no podrían elegir uno, se quedan con todo el Pirineo.
Ahora continuaran con nuevos retos, con nuevos objetivos, dentro y fuera del Pirineo, porque para ellos, cualquier montaña es mágica.
Enhorabuena Lolo y Ale “ Compañeros de Cordada “.