Entrados ya en otoño, la seccion de senderismo del Club Montisonense de Montaña ha organizado una ruta a los lagos del parque Natural de Neouvielle, en el valle francés de Aure. Se trata de un recorrido circular por algunos de los lagos mas famosos y bellos del parque, donde podremos encontrar multitud de senderos de todas las dificultades.
El grupo que partió de Monzón estuvo compuesto por una treitena de montañeros y montañeras de todas las edades, todos con muchísimas ganas de conocer este lugar tan mágico y bello. Nos esperaban mas de dos horas de camino hasta el aparcamiento de Oredon, un gran lago represado que en otoño muestra sus carencias hídricas ya que apenas ha llovido y es un embalse de regulación.
La mañana se ha presentado muy fresca,
apenas tres grados cuando nos colgábamos las mochilas en los hombros. No nos
importa, ya que en breve cruzaríamos la presa y nos dirigimos a una ladera
boscosa donde enseguida se gana altura por medio de lazadas. Los pinos son
enormes y muy longevos, pero entre ellos algunos rayos de sol comienzan a
calentarnos la espalda. Menos mal que hace un día radiante, porque sino nos
pelaríamos de frío.
A menos de una hora la pendiente se
suaviza mucho y comienza un ligero descenso en busca de los Laquettes, un grupo
de tres lagunas consecutivas que enseguida hicieron las delicias del grupo,
puesto que sus remansadas y cristalinas aguas tienen un encanto especial. Al
fondo se alza el pico Ramougn, una cima que supera los tres mil metros y que
debe su fama a su dificultad y su esbeltísima silueta.
Aprovechando que todo el mundo sacaba
las cámaras, hicimos la foto de grupo en la misma orilla, reemprendiendo la
marcha por la misma orilla de las tres lagunas hacia el lago de Aubert. De
nuevo el camino asciende hasta la larga presa, muy integrada en el entorno. La superamos
por la margen de la derecha, pero al subir sobre el dique comprobamos que contiene
apenas la mitad de su capacidad de agua, así que seguimos quince minutos más
para alcanzar el sexto lago, el de Aumar y sus azuladas aguas.
Era la hora de parar a comer, todo el
mundo tenía hambre. El lugar es absolutamente idílico, una enorme y alargada
lámina de agua rodeada de prados, donde nos tumbamos a reponer fuerzas y a
deleitarnos con estos inolvidables minutos. El receso fue todo lo largo posible
para permitir posar ante las cámaras, mirar alrededor, ver los peces en las
aguas transparentes… es difícil imaginar un lugar mas apropiado para hacer montañismo. Algunas
personas suben aquí sencillamente a sentir la naturaleza y a respirar aire
puro. También nosotros queríamos ventilar nuestros pulmones y sentir el cálido
sol en nuestros rostros.
Reemprendemos la marcha rodeando el
lago Aumar por el norte, así a medida que giramos vemos cómo las montañas
reflejan sobre el agua, en especial el majestuoso Pico Neouvielle, que da
nombre al parque y que hasta ahora permanecía oculto. Menudo paisaje tan
espectacular, sobre todo al llegar a la orilla Este donde repetimos la foto de
grupo.
Solamente nos falta subir al collado de Estoudou, abrazando con nuestro recorrido el Parque Natural. Desde el collado las vistas son abrumadoras, mil metros por encima del valle de Aure donde los densos bosques de abetos y pinos se ven salpicados de serbales repletos de bayas rojas, abedules , hayedos y castaños que empiezan a cambiar de color. La brisa comienza a soplar y decidimos que es hora de bajar a los coches mientras atravesamos el bosque de nuevo hasta el lago Oredon.
Hoy hemos recompensado a nuestros
sentidos con una dosis incalculable de buenas sensaciones. Luz, aire puro,
agua, naturaleza salvaje y una increíble biodiversidad hacen de Neouvielle un
lugar único en los Pirineos. Un pequeño paraíso que nos une a nuestros vecinos
de Francia.
Enlace al álbum de fotos aquí.
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Club Montisonense de Montaña – Senderismo.