domingo, 11 de noviembre de 2012

Llanos de la Estiva y Pico Comodoto, 2.370 m.

Senderismo por el Valle de Pineta

Una jornada más, el Club Montisonense se ha puesto en marcha y una docena de senderistas se trasladaron al Valle de Pineta para pasar una agradable jornada.

Partimos de Monzón a eso de las siete de la mañana, con muchas dudas sobre la meteorología. Parece que esta noche ha nevado en la alta montaña, y las agencias pronosticaban una mañana fría en la que aún podrían caer algunos copos, para pasar al mediodía a un ambiente desapacible y ventoso.

Cuando tomábamos rumbo hacia Ainsa, la silueta del Pico Cotiella y de la Peña Montañesa ya bien blancas nos ponían los pelos de punta pensando cómo estarían los pueblos más próximos al cordal pirenaico. Aunque el colorido otoñal de los valles distraía estos pensamientos y nos hacía sonreir al ver esos abedules tan amarillentos entre los verdes pinares. No nos amedrentamos y decidimos probar fortuna, por si acaso llevábamos un “plan B” pero deseábamos ver la blanca nieve y pasear por esos altos valles donde todo toma una dimensión tan bella y emotiva como salvaje y dura. ¿qué sería de hoy?

Para eso estábamos aquí, subimos a Bielsa donde tomamos el café y enseguida nos dirigimos a la localidad de Espierba, bello núcleo de casitas que salpican las laderas soleadas de Pineta. A sólo unos cientos de metros en dirección noroeste, una pista cerrada a la circulación nos exigía dejar ya los coches y colgarnos la mochila. A partir de aquí, tocaba calentar los músculos a base de andar por pista hacia el collado de Espierba, donde ya hizo acto de presencia la nieve. 



Enseguida nos dimos cuenta que esta jornada iba a ser muy especial, pues ni el blanco elemento dificultaba el andar, ni soplaba viento en la cresta. Todo un buen augurio que se confirmó cuando el sol comenzaba a calentar y hacía resplandecer las puntas de los pinos donde esos copos se habían acumulado graciosamente.




Seguimos ahora por la divisoria entre Pineta y el valle del Río Real ó de Chisagües, y el panorama comenzaba a ser fabuloso: Aparecía el altivo y piramidal pico Robiñera, de más de 3000 m. de altitud, blanco como una novia y dominante sobre el valle, pero a medida que ganábamos altura aún nos sentimos más sorprendidos con el inmenso macizo del Monte Perdido, las Tres Marías, y en fin, toda una multitud de picos nevados allí donde mirásemos. La estampa semi invernal era el mejor regalo que podíamos esperar, después de tantas dudas. 







Como no nos conformábamos con subir esa loma salpicada de hermosos pinos, seguimos ganándole terreno a la montaña hasta allí donde la vegetación era ya sólo la hierba de los agostados pastos,  cubierta del blanco manto nivoso. La proximidad del Pico Comodoto, de 2.370 m., hizo que la mitad del grupo nos decidiéramos a subirlo y así tener aún mejor perspectiva. 




Desde el alto vimos ya los llanos de La Estiva entre barreras rocosas, a modo de ancho canal al que bajamos de inmediato disfrutando de la nieve, de las carreras de alguna manada de sarrios, del vuelo del quebrantahuesos sobre nuestras cabezas y de la inmejorable compañía, eso sí que no falta nunca. 






Pues bien, disfrutando de una agradabilísima mañana en que el frío nunca nos hizo sufrir, y el Sol de vez en cuando nos animaba el rato, descendimos por una larga pista que completaba la circular hasta llegar a los coches, a muy buena hora y completamente satisfechos de esta andada. 




Ojalá se repitan más como ésta, al menos hoy nos lo hemos ganado. 




Distancia recorrida: 17,86 km   Desnivel acumulado total: 998 m 
Altitud max: 2.370 m.   Altitud min: 1.439 m.
Dificultad técnica:   Moderado
Tiempo:  5 horas 28 minutos


CLUB MONTISONENSE DE MONTAÑA – SENDERISMO.