Las ruinas, desconocidas hasta ahora para
la ciencia y localizadas mediante una investigación que incluyó el recurso a
técnicas de teledetección, estarían relacionadas con el Reino incaico de
Vilcabamba.
Entre las evidencias descubiertas estarían las que
demostrarían la existencia del rito de la Capacocha, o sacrificios humanos en
la zona alta del santuario, lo que según los expertos sería un hallazgo
revolucionario.
Los miembros de la Mars
Gaming Expedition -como se denomina el grupo investigador- han localizado
además otros supuestos yacimientos entre los que destaca una necrópolis inca
con decenas de tumbas situadas en cuevas.
El
hallazgo ha sido protagonizado por un equipo de científicos e investigadores
dirigidos por el escritor y explorador Miguel Gutiérrez Garitano y por su
hermano el fotógrafo Rafael. Ambos yacimientos estarían ubicados en el distrito de Vilcabamba, provincia de La Convención, departamento del Cusco;
aproximadamente a 150 km en línea recta al noroeste de la ciudad del Cusco.
El proyecto
(que se ha realizado bajo el paraguas y la colaboración de entidades como la
empresa Mars Gaming, la Asociación Africanista Manuel Iradier, la Sociedad
Geográfica Española, el Club Montisonense de Montaña y el Club de Montaña
Bardulia) para descubrir las ruinas -que ha durado cuatro años- se llevó a cabo
durante tres fases bien diferenciadas: La primera se basó en un estudio de las
fuentes del siglo XVI además de los reportes de los viajeros modernos hasta la
actualidad; de esta fase se ha encargado Miguel Gutiérrez Garitano junto con su
hermano Rafael Gutiérrez Garitano (codirector del proyecto) y con ayuda del
resto de integrantes del equipo; después vendría la prospección mediante
técnicas de teledetección a cargo de los profesionales Iñigo Orue (arqueólogo)
y Rut Jiménez (geóloga), con la asistencia de Miguel Gutiérrez Garitano
(encargado de delimitar el área a analizar) y la arqueóloga y documentalista
Silvia Carretero Gómez. Finalmente vendría la exploración de las áreas
delimitadas, a cargo de un equipo liderado por Miguel y Rafael Gutiérrez
Garitano y conformado por dos alpinistas del Club Montisonense de Montaña, los
hermanos Marcos y Javier Janer, el cineasta Aitor González de Langarica, la
historiadora Silvia Carretero Gómez y la médico de expediciones María Valencia
Basaldua; también es importante decir que, durante los años 2011 y 2012, Miguel
Gutiérrez Garitano se desplazó a la zona junto a su hermano Rafael Gutiérrez Garitano
y el montañero Diego Hortas Martínez de Murguía y que durante esos periplos
recogieron testimonios de los lugareños además de realizar otras labores.
La
fase final del proyecto ha durado en torno a cuatro semanas no exentas de
dificultades, ya que, como asegura Miguel Gutiérrez «el fenómeno de El Niño, ha hecho adelantarse la época húmeda y hemos
tenido bastante lluvia durante el viaje. Hay que pensar que este se ha dado a
mucha altura, casi sin bajar de los 3.900 metros, por lo que el agua y el frío
nos han afectado especialmente; otro de los problemas nos lo hemos encontrado
en las aldeas de la denominada Zona Roja, que por decreto del Gobierno de Perú
está en estado de sitio por la presencia de la guerrilla de Sendero Luminoso y
por la presencia de narcotraficantes. Las autoridades de uno de los pueblos nos
dijeron que no podíamos explorar las cimas porque según nos dijeron hay minas,
guerrilleros y porque el ejército tiene drones sobrevolándolas que podrían
confundirnos con senderistas y matarnos. En definitiva, que nos tuvimos que
marchar sin poder completar el programa. Pensamos que era mejor gestionar los
descubrimientos que ya habíamos realizado, cotejarlos y someterlos al
escrutinio de expertos. Y después regresar en junio o julio de 2016 para
completar el programa de exploración y tratar de llegar a aquellas supuestas
estructuras que no hemos podido explorar. Porque hemos demostrado ya es que
nuestro sistema de búsqueda funciona. Hemos establecido contactos
con el Ministerio de Cultura de Perú y se mostraron ilusionados y abiertos a
colaborar. Por nuestra parte continuaremos esos contactos porque creemos
esencial llevar a cabo una investigación más exhaustiva en la zona que incluya
prospecciones y excavaciones y pronto presentaremos un proyecto al efecto a las
autoridades peruanas; y el asunto urge porque la zona está desprotegida y los
yacimientos -tal y como hemos constatado, están sujetos a continuos
saqueos. Además, poner en valor estos
lugares supondrá un beneficio para las comunidades, pues atraerá el turismo a
zonas hoy por hoy depauperadas -asegura Gutiérrez.
1. Un importante
santuario de altura
El principal hallazgo facturado
por el equipo de la Mars Gaming Expedition se sitúa en una
montaña de casi 5000 metros de altura sobre el nivel del mar. Se trata de la
más alta del entorno y está en el área occidental de las montañas de
Vilcabamba. «La geóloga del equipo Rut
Jiménez apreció mediante imágenes de satélite una serie de recintos
rectangulares que podrían corresponderse con edificios -asegura Miguel
Gutiérrez-; tras estudiar la formaciones a mí no me cupo duda de que se trataba
de una típica estructura inca conformada por un edificio (de 22 metros de
longitud) tipo kallanka, acompañado, al menos, de otros cinco edificios más pequeños
situados en torno a una plaza o kancha. Se trataba de la clásica distribución
adoptada por algunos centros ceremoniales».
El
trabajo sobre el terreno, esponsorizado, entre otros, por la empresa Mars
Gaming, se llevó a cabo a mediados de septiembre de 2015 y se prolongó un mes. «Ascendimos a la montaña, hasta la cima, y
recorrimos los puntos más importantes que habíamos fijado mediante técnicas de
detección a distancia (hemos descubierto así de 30 a 50 recintos); los
resultados dejaron cortas nuestras estimaciones. Pudimos fotografiar numerosos
recintos rectangulares correspondientes a edificios probablemente dedicados al
culto o asociados a él (como tambos o posadas destinadas al alojamiento de los
participantes en los ritos), además de carreteras incas, escaleras y gradas,
cuevas acondicionadas, huacas (reliquias en forma de piedra tallada) usnus
(plataformas), y numerosas tumbas en la base de la montaña. Toda la montaña se
organiza -zanja Íñigo Orue- Como un
enorme yacimiento cuyo alcance no podemos conocer hasta que se haya llevado a
cabo un trabajo arqueológico de mayores proporciones».
Pruebas de sacrificios
humanos
La importancia del yacimiento ha llevado al grupo
de expertos a creer que en la montaña se llevaban a cabo rituales muy
importantes y que se trataba de uno de los principales complejos sagrados del
Reino Neoinca de Vilcabamba, aunque el lugar tal vez tuviera su origen en
épocas anteriores; entre los ritos que se podían haber dado estaría el rito de
los sacrificios humanos o Capacocha; «Normalmente
este tipo de ritual -donde se sacrificaban preferiblemente aunque no únicamente
doncellas vírgenes- se llevaba a cabo para prevenir hambrunas, o desastres
naturales, en algunos festivales señalados o ante la muerte del Inca, por
ejemplo -informa Miguel Gutiérrez-». «Hemos encontrado indicios de que en esta
montaña pudo darse el ritual de Capacocha, pues tenemos documentadas dos
construcciones adosadas cercanas a la cima, que son idénticas a las aparecidas
en el volcán Llullaillaco y que sirvieron supuestamente para preparar a los
niños antes del último ritual del sacrificio; construcciones de planta
rectangular que están a escasos metros de la cima (a 380 metros). Cerca existe
una plataforma de rocas donde podrían estar enterrados estos niños
sacrificados. Al menos así lo creemos nosotros y creemos tener pruebas al
respecto -asegura Gutiérrez- que, no obstante, reconoce que esta teoría finalmente la tendrán que
demostrar los arqueólogos mediante una excavación, ya que su estudio no preveía
ninguna intervención física sobre el terreno».
La experta en el mundo andino Carmen Martín Rubio, que es la primera
estudiosa de estos temas en acceder al material e información de la expedición, cree que el
«hallazgo corresponde a uno de los montes
sagrados, llamados entre los incas Apus, y que en él se rendía culto al dios
del agua, quien en perfecta conjunción con el dios Sol, el Inti, fertilizaba a
la diosa Tierra, la Pachamama, madre de las mujeres y hombres andinos. La presencia de una plataforma en el
pico de la montaña indica que, muy probablemente, en periodos de sequía se
hayan hecho en ella ofrendas de niños y niñas, llamadas Capacocha, similares a
las halladas en el volcán de Ampato en Arequipa y en el de Llullaillaco en
Salta, o tal vez se hayan hecho para invocar la protección del Apu cuando los
guerreros transitaban por los altos
caminos construidos por el Tahuantinsuyo
y se dirigían a lejanos territorios con el fin de anexionarlos a su
poderoso Estado. El descubrimiento
científico de este monte sagrado es muy
importante porque, además de guardar tan profundos misterios, que sin duda
deben ponerse al descubierto, las estructuras que encierra, desde su base, son
solamente comparables a las encontradas
en Llullaillaco».
2. Una necrópolis de
una hectárea de extensión
El descubrimiento del monte santuario no es el
único que se trae en el zurrón el equipo de la Mars Gaming Expedition. También
han descubierto una «enorme necrópolis
inca de decenas de tumbas situadas en cuevas» sobre una colina de una
hectárea a unos 3.700 metros de altitud. Tras examinar una cueva en la ladera
de la colina Miguel Gutiérrez descubrió una tumba con dos cámaras sepulcrales
en una de las cuales descansaba un esqueleto. «Un examen del terreno con más detenimiento -continúa Gutiérrez
Garitano- nos permitió ver que toda la
colina está plagada de tumbas similares, por lo que en la colina había una gran
necrópolis. Marcamos con nuestros GPS hasta siete tumbas en cuevas, pero
sospechamos que son muchas más, diseminadas por la colina y por una vaguada al
pie de un acantilado. El conjunto está saqueado desde hace tiempo, pero la
extensión del yacimiento nos da esperanzas de que pueda haber alguna tumba
intacta». Miguel Y Rafael Gutiérrez Garitano, codirectores del proyecto de la Mars
Gaming, piensan que se trata de un lugar muy importante porque dada su
extensión podría contener información fundamental sobre los ritos funerarios de
los incas de Vilcabamba. «Sabemos que son
incas, porque son similares a otros descubiertos en excavaciones anteriores
realizadas en otros lugares como Vitco», asegura Miguel Gutiérrez.
Sobre este descubrimiento la experta Carmen Martín
opina que «Igualmente me parece muy
sorprendente la necrópolis hallada en decenas de cuevas cercanas ya que, salvo algunas
excepciones, los enterramientos incaicos
solían hacerse bajo tierra. Sólo puedo pensar que, estos muertos pertenecían al
reino neo inca de Vilcabamba y que fueron enterrados en cuevas para ocultarlos
de la posible vista de los españoles. con quienes los vilcabambinos estaban en
guerra, por si en algún momento llegaban a apoderarse de aquellos territorios».
¿Por
qué nadie ha descubierto estas ruinas con anterioridad?
En
palabras de Gutiérrez Garitano, «básicamente
por dos motivos. En primer lugar todo el área está poco frecuentada por
científicos desde los años 80, cuando empezó el problema con Sendero Luminoso,
que aún continúa. Antes de esa fecha se exploró mucho pero sobretodo la parte
oriental de Vilcabamba y no esta región, la occidental, que todavía tiene mucho
que ofrecer. Además, la zona principal del santuario está oculto entre
barrancos, no se puede ver ni desde las montañas que están en frente». De
tal modo que sólo se pude apreciar desde el cielo. «Es -dice Gutiérrez Garitano-
como de cuento, el santuario oculto,
como en el cómic de "El Templo del Sol de Tintín"». Lo cierto es
que tras reconocer las ruinas el equipo ha visitado el catastro de Perú y
encargado un mapa y un listado de todos los yacimientos conocidos de la zona.
Además de contratar la opinión de expertos. El resultado es concluyente: se
trata de yacimientos desconocidos para la ciencia. Por lo que ahora entramos en
la fase dos, consistente en implicar a las autoridades peruanas y esperamos que
a la Universidad del País Vasco, además de instituciones o empresa para que nos
ayuden a estudiar y preservar y estos lugares.
Varios proyectos culturales
«Este resultado ha sido
posible gracias a los ciudadanos anónimos que han creído en nosotros y nos han
financiado a través del crowdfunding y también a los empresarios valientes y
aventureros que nos han esponsorizado» -enfatiza Gutiérrez
Garitano. Además del objetivo
exploratorio, ya cumplido, los miembros de la Mars Gaming Expedition pretenden
llevar a cabo otros proyectos de índole cultural, como un libro (Miguel
Gutiérrez Garitano), un documental (Aitor González de Langarica), un proyecto
fotográfico (Rafael Gutiérrez Garitano), un programa de recopilación de cuentos
y canciones quechuas y en idioma quechua (Silvia Carretero Gómez),
publicaciones de ámbito científico (el equipo de arqueólogos y asesores de la
Mars Gaming) y un plan de ascensiones en la zona a picos vírgenes (Marcos y
Javier Janer Moreno). "Para poder culminar proyecto de la Mars
Gaming, piensan que se trata de un lugar muy importante porque dada su
extensión podría contener información fundamental sobre los ritos funerarios de
los incas de Vilcabamba. «Sabemos que son
incas, porque son similares a otros descubiertos en excavaciones anteriores
realizadas en otros lugares como Vitco», asegura Miguel Gutiérrez.
Sobre este descubrimiento la experta Carmen Martín
opina que «Igualmente me parece muy
sorprendente la necrópolis hallada en decenas de cuevas cercanas ya que, salvo algunas
excepciones, los enterramientos incaicos
solían hacerse bajo tierra. Sólo puedo pensar que, estos muertos pertenecían al
reino neo inca de Vilcabamba y que fueron enterrados en cuevas para ocultarlos
de la posible vista de los españoles. con quienes los vilcabambinos estaban en
guerra, por si en algún momento llegaban a apoderarse de aquellos territorios».
Presentación de los resultados de la expedición:
21 octubre 2015 (19:00h) en el salón de actos del Instituto Geográfico Nacional (c/ General Ibáñez de Ibero 3, 28003 Madrid). ATENCIÓN: es necesaria confirmación de asistencia en: confirmaciones@sge.org
22 octubre 2015 (19:30h) en Casa de la Cultura Ignacio Aldecoa (Paseo de la Florida 9, 01005 Vitoria-Gasteiz).
Contacto para más información:
Miguel Gutiérrez Garitano
Teléfono: 647 94 64 72
Correo electrónico: miguelguti2000@yahoo.es