domingo, 28 de febrero de 2016

VUELTA A LA LAGUNA DE SARIÑENA DEL CLUB MONTISONENSE

Cuando el inverno va tocando a su fin, es el momento de que las aves que han migrado a las tierras del sur de Europa e incluso a África, vayan regresando a sus lugares de cría de verano.

El último domingo de Febrero 21 senderistas del Club Montisonense han visitado la laguna de Sariñena, que constituye uno de los humedales más importantes de la Península Ibérica. El objetivo era ver esas aves migratorias y en especial las grullas, que suelen hacer una parada en su largo viaje. El patrimonio de este lugar lo componen nada menos que 232 especies de aves, 6 de peces, 5 de anfibios, 12 reptiles y 16 mamíferos. Una maravilla que ha hecho que sea declarado como zona de especial protección para las aves (ZEPA), refugio de fauna silvestre y humedal singular de Aragón.

Con ambiciosas pretensiones de divisar alguna de estas especies protegidas, nos reunimos junto al Centro de Interpretación, tomando un camino que en unos cientos de metros bordeará la capital Monegrina. Podemos ver la gran mancha de agua de un hermoso azul sobre la que destaca la sierra de Alcubierre, con tan buena fortuna que está completamente cubierta de nieve.

           

Es una estampa muy difícil de ver, una casualidad estar aquí y todavía más comprobar que después del temporal de nieve de ayer, hoy luce un espléndido sol que calienta nuestras caras. ¡Qué buena fortuna!

Caminamos hasta encontrar un camino que baja al mismo borde del lago, y desde allí tendremos que procurar no hacer ruido ya que por los cañares inundados se oyen numerosos pajarillos en pleno cortejo primaveral.

           

En cosa de una hora nos encontramos en el primer mirador, una caseta construida para ver las aves sin ser vistos, aunque es difícil que eso no ocurra con un grupo tan numerosísimo. Aprovechamos a echar un bocado y continuamos por un camino algo más elevado, no perdemos la vista del lago y de los muchos patos y otras aves que revolotean sobre los cañares o se pasean nadando en las aguas. Garzas, cigüeñas, chovas, cormoranes, cernícalos etc. viven aquí en armonía y equilibrio.

           

En adelante la noticia fue el barro, ya que nos obligó a buscar los mejores pasos para conseguir bordear la laguna. Todo un ejercicio de equilibrio y también de buen humor, que desde luego nunca falta en esta magnífica sección de senderismo.

Bromas aparte, la verdad es que el camino que circunda esta laguna está bastante deteriorado, y se echa de menos una mano para acondicionarlo y hacerlo más agradable.

Desde el tercer mirador, donde nos hicimos una foto de grupo, pudimos ver mejor los grupos de patos surcando el agua y desde allí terminamos de cerrar la circular hasta el centro de Interpretación.

           

En resumen, una corta pero muy agradable excursión ya que fueron tan solo 9 kilómetros y pudimos ir a comer a nuestras casas a buena hora.

Club Montisonense de Montaña – Senderismo.