domingo, 15 de diciembre de 2013

BELEN MONTAÑERO. Subida al Buñero, Escalada y Comida en la Carrodilla

Hoy es un día especial para el Club Montisonense, desde que se formo el club, se ha ido convirtiendo en clásica la jornada de fin de año que hoy hemos disfrutado. Belén Montañero al Pico Buñero, Escalada en la Zona del Alpargatero y la comida de hermandad de todos los socios y amigos en la Ermita de La Carrodilla. 


Siguiendo la tradición de todos los años, el grupo de senderistas hemos salido desde esta soleada atalaya siguiendo la senda señalizada hacia el Forau del Cocho, que es una especie de covacho donde podemos observar diversas pinturas de arte rupestre, pertenecientes al ciclo esquemático del neolítico (edad de piedra) en transición a la edad de hierro (hace unos 3000 años).


Después de esta interesante visita cultural, volvemos atrás unos 100 metros para ascender al pico por un camino recientemente recuperado, es la antigua senda al pico Buñero que transita primero por dentro de un barranco y después sorteando el carrascal.

En una hora conseguimos llegar a la cima los 29 montañeros y montañeras del Club, a los que se unirán poco después un par de personas más de la sección de BTT que han venido desde Monzón pedaleando. Es un momento siempre agradable ya que desde esta modesta altura podemos contemplar el Pirineo en toda su extensión, también es tiempo de echar un pequeño bocadillo y hacer la foto de grupo junto al vértice geodésico.

Hecho el descansillo, tomamos ahora la pista que desciende en dirección a Calasanz, recorremos las laderas de la sierra en busca de otro camino que termina de cerrar el círculo por el sur de la sierra hasta la Ermita de la Carrodilla.


Mientras recorríamos las sendas de la sierra, el grupo de escaladores formado por socios y los pequeños y no tan pequeños de la Escuela de Escalada del CMM han disfrutado de la conocida Zona del Alpargatero. Una losa que se eleva mirando al sur y que permite escalar unas bonitas vias, en manga corta y mirando al mar de nubes que se aferra al fondo del valle del Cinca.

Unos 25 en total contando acompañantes y familia hemos pasado la mañana subiendo y bajando los diferentes itinerarios, apreciando la diferencia del rocodromo a la roca natural, del tacto de la resina a la piedra caliza. Para algunos la primera vez que escalaban en roca. 


Sobre las 2 unos 60 socios y amigos celebraremos una comida de hermandad todos juntos y pasaremos una muy agradable y soleada tarde que nos despedirá con una puesta de sol y un mar de nubes que hace el deleite de los amantes de la fotografía.


Fotos en Álbumes Picasa.