Llegamos al refugio sobre las 20:00 donde nos encontramos con Raúl Martínez del Club y Fran Lorente, que habían salido un día antes para escalar la cara sur. También nos encontramos allí con los Hermanos Pou que estaban intentando abrir un ruta por la oeste del Urriellu.
Al día siguiente nos levantamos temprano para realizar la ascensión. Ya desde el primer momento la vía se mostró caótica. La roca estaba muy rota, continuamente las piedras sueltas caían con riesgo de alcanzar a alguno de los de abajo. Tras un rato intentando buscar el camino al final gracias a la ayuda de Iker Pou parece ser que dimos con el camino correcto. Decir que por cualquier sitio había cintajos y clavos que despistaban del camino, posiblemente de otras embarcadas. La progresión se hizo dura, tanto por la continua incertidumbre de elegir el camino correcto, como por la roca continuamente rota con la que nos encontrábamos, y sobre todo que vimos la ruta mucho más difícil de lo que marcaban las reseñas. Al final tras superar 6 largos, llegamos al hombro de la cara Norte, donde la vía se unía con la Pidal. Pero para entonces ya se nos había hecho algo tarde, estábamos cansados y viendo la lentitud de las cordadas que estaban por delante decidimos retirarnos.
Cuando llegamos a la tienda habían pasado casi doce horas de actividad y estábamos bastante cansados. Cenamos en el refugio, no sin antes dejar una pegata, e hicimos un vivac para contemplar el maravilloso cielo que teníamos sobre los picos de Europa.
El sábado para abajo, y aunque no hiciéramos cima, celebramos la escalada realizada, que no está mal, más de 300 metros, con unas sidrinas y un buen chuletón asturiano.
Solamente dar las gracias a todos los que nos animaron y nos dejaron material para que pudiéramos realizar esta aventura. Y felicitar a Raúl y Fran por la cima conseguida.
