miércoles, 26 de octubre de 2011

domingo, 23 de octubre de 2011

El Ibón de Estanés.

SENDERISMO: 16-10-11



Conquistado por el Club Montisonense de Montaña



De nuevo este fin de semana disfrutamos de una extraordinaria jornada por el Pirineo, al desplazarnos un grupo de siete personas al Ibón de Estanés, enclavado en la falda del macizo de Bernera. Para ello tuvimos que madrugar un poco, y a las siete de la mañana tomamos rumbo de Monzón a Jaca y de allí al Puerto de Somport, dejando al lado el túnel del mismo nombre, hasta llegar por sinuosa y tranquila carretera al valle francés de Aspe. Nada más entrar en un bosque de hayas aparcamos en el bello rincón llamado Sansanet.







Una vez nos colgamos las mochilas cruzamos el río y subimos una ladera boscosa hasta salir a un prado en el que un grupo de personas esperan a las puertas de una cabaña de pastores, posiblemente a que les vendan algo de queso artesanal.

Dejamos la senda más directa al ibón para buscar al norte otro barranco contiguo, en el que nos adentramos hasta meternos en el bosque de Espelunguère, un bellísimo hayedo lleno de colores otoñales que hace las delicias de quien visita estos rincones.








Seguimos ahora hacia al sur, ascendiendo por el barranco y decidiendo hacer una parada junto a una vieja cabaña a reponer energías. Nuestros ojos se alegran de tan resplandecientes vistas y nuestras mentes se pasean “volando” sobre el colorido valle, en el que destaca ya la piramidal cima del Pico Acué de un característico color rojo casi amoratado. La diversión no ha hecho mas que empezar, ahora toca subir más desnivel y como la ladera es muy rocosa ha sido equipada con escaleras metálicas, recientemente restauradas.







Cuando llegamos al Puerto de Bernera (1.774 m.) y nos asomamos, tenemos ante nosotros el bellísimo ibón de Estanés, llenando de color azul la falda de la sierra de Bernera, con los picos de Labata, Puntal del Bozo, Lioviella, Pico Alto de la Portaza…. que conforman una brutal pared que hace las delicias de los alpinistas.







La grandeza del entorno invita ahora a relajarse y comer en los prados más próximos al agua, incluso el ánimo nos llevaría a intentar alcanzar el Valle de los Sarrios, si bien desistimos ante el temor de alargar demasiado la ruta.









La jornada no podía ser más agradable, el sol calienta y el otoño tan suave permite un disfrute mayor, pero es hora de regresar y lo hacemos por la senda del GR-11 al principio, y continuando por la vía directa a Sansanet, que en poco mas de una hora nos deja en los coches.

Aún pudimos visitar la estación internacional de Canfranc para así completar un día del todo excepcional. Esperamos que la próxima actividad de senderismo dé tanto de sí como la jornada de este domingo.