miércoles, 18 de agosto de 2010

Ale y Lolo han culminado los 212 tres miles del Pirineo

Alegría Barri y Lolo López, acaban de culminar uno de los codiciados objetivos montañeros, "el ascenso a todos los tresmiles del Pirineo".


Los primeros en toda la Comarca del Cinca Medio en conseguirlo, con toda seguridad también la primera mujer en conseguir este reto. No apto a todos los montañeros, ya que conseguir la cima de alguno de ellos implica afrontar bastante grado de  dificultad y  en ocasiones de riesgo. Aunque todos somos conscientes que nos enfrentamos a un deporte, afición de riesgo, adicción a la montaña, o una mezcla de todas ellas.

No solo nos enfrentamos a la montaña en si misma, sino a una serie de condiciones físicas como la meteorología tanto en verano como de invierno, por mas preparados que podamos estar física y técnicamente, jamás podremos dominar las condiciones de la naturaleza, al riesgo de enfrentarnos a una dificultad técnica tenemos que añadir los riesgos que implican las nevadas en invierno o la furia de una tormenta de verano cuando estás en la cima de una cresta.

En montaña se viven sensaciones inexplicables, sensaciones agradables, de euforia, de alegría, se aprende a ser calmado para poder tomar las decisiones oportunas, se aprende a ser rápidos para salir de posibles apuros y sobre todo a buscar el raciocinio de las cosas, en definitiva es otra forma de vivir.

Lo que en un principio empezó por la simple ilusión de culminar algún que otro tresmil, ha terminando por ser un reto y si en un principio estaba muy lejos de sus metas montañeras, ya que  realmente  lo que satisface es el hecho de estar, hacer travesías, escalar o ascender nuestras montañas, ya sean tresmiles o cualquier otras altitudes, no siempre la meta está en conseguir o no ciertas alturas, sino en la superación de uno mismo, lo que para unos montañeros es algo simple y sencillo, para otros es todo un logro; pues bien, todo esto ha terminado por ser uno de sus objetivos, ya que como montañeros nunca se terminan los retos.

En el último de sus tresmiles cuando estaban a tan solo unos metros, solo se escuchaba su respiración entrecortada,  no por la altitud, aunque estaban a mas de 3000m, sino de un nerviosismo que les decía  !! ya esta!!  lo hemos logrado.

En la cima del "último tresmil" ninguno de los dos derramó una lágrima de felicidad, con un fuerte abrazo  y un montón de sonrisas fueron suficiente.

¿Como no recordar unos cuantos lugares, para ellos mágicos....? la Vallée d´Ôo, Rioumajou, Parque de Neouvielle, Valle de Vallibierna, Tabernés, la Vallée d´Oulettes de Gaube, la Vall Ferrera y sobre todo su valle predilecto....Ordesa y Mt. Perdido, no podrían elegir uno, se quedan con todo el Pirineo.






Ahora continuaran con  nuevos retos, con nuevos objetivos, dentro y fuera del Pirineo, porque para ellos, cualquier montaña  es mágica.

Enhorabuena Lolo y Ale “ Compañeros de Cordada “.

martes, 3 de agosto de 2010

El programa PICO ESPAÑA 2010 asciende a los Picos de Europa y al Moncayo

 
Para conseguir la sexta cumbre del proyecto, dos montañeros del Club Montisonense (Ricardo Arnaiz y Santi Solá) viajamos el 29 de Julio hacia Asturias para ascender al pico más alto del Sistema Cantábrico, el Torre Cerredo (2.648 m.), que está situado en el Parque Nacional de los Picos de Europa, cerca del mítico Naranjo de Bulnes o Pico Uriellu.

Los preparativos comenzarían días antes buscando mapas y rutas diversas, preparando el material necesario y reconociendo la zona con las fotografías que valiosamente otras personas cuelgan en internet.

Llegamos en coche al Concejo de Cabrales, famoso por sus quesos y sidras, tierra de un envidiable paisaje de cañones, prados, bosques y ríos salmoneros. Un viaje que merecería por si solo destinarse a visitar pueblos famosos como Potes, Arenas de Cabrales, Poncebos o nuestro punto de partida, Sotres. Esta pequeña población está enclavada justo donde el cañón del río Duje se abre y nos muestra una espléndida cordillera, llena de picachos enmarcados sobre bellísimos prados de hierba y a veces colonizados por helechos.  El último tramo en automóvil fue un polvoriento camino que nos llevaría al aparcamiento de los prados de Pandébano, donde sacamos las mochilas y nos dispusimos a tomar la vía tradicional del Refugio Uriellu. Era ya media tarde, la habitual niebla matinal hoy  disipó pronto y nos dejó un sol radiante y caluroso, que invitaba a buscar una sombra donde resguardarse.

La bien señalizada senda discurre entre pequeñas casitas o bordas, alguna utilizada como refugio, y rebaños de vacas muy bien alimentadas. La ascensión pronto exige esforzarse, apenas hay sombras y solo quien se encuentre con un mínimo de fuerzas alcanzará el refugio después de un par de horas de ascensión. Parece que la gente no es muy previsora, pues encontramos numerosas personas con aspecto agotado y sediento después de pasar la tarde por estos valles.

Cruzamos en el camino barrancos muy verticales por los cuales el camino traza un corte similar a una cornisa, y un ultimo tramo con vistas al impresionante Naranjo de Bulnes  siempre acompañado de escaladores. Bajo él, el Refugio nos esperaba acogedor, es un edificio moderno y con una situación muy estratégica. Cenamos y preparamos el material para el día siguiente, viendo un atardecer maravilloso con un mar de niebla que cubre el Cantábrico y que se vuelve anaranjado al ocultarse el sol. Grupos de ovejas lanudas se desplazaban corriendo de un lado a otro buscando cobijo para la noche. No se podía encontrar nada mas idílico.
Igual de hermoso fue el amanecer del día 30 de Julio, día de cima, la niebla seguía en el fondo de los valles y nosotros partimos en busca de nuestro objetivo, adelantándonos a todos los grupos que más tarde partirían del refugio. Atravesamos el paso de Corona de Raso, que nos obligó a una corta trepada por la áspera roca caliza y nos dirigimos al collado “Horcada Arenera”. Estábamos rodeados de imponentes picachos aparentemente infranqueables, mirases al que mirases parecía el más alto. Escondido tras ellos, asomó al fin el Torre Cerredo, con el Pico Cabrones a su derecha, la Torre Labrouche delante, y la Torre Coello a la izquierda.


En cada barranco que pisábamos sorprendíamos a algún grupo de sarrios, que dado que avanzábamos sin hacer mucho ruido, podíamos divisar muy próximos. No dejaban de vigilar nuestros movimientos, mientras nosotros los fotografiábamos en todo su ambiente.



Para la ascensión final guardamos los bastones, nos pusimos el casco y tomamos una canal pedregosa muy inclinada, que nos llevó a mitad del enorme paredón que forma esta cima. Dicha pared no resultó tan difícil como se relata en algunas guías, aunque exige atención a cada paso y utilizando las manos para apoyarse. Mucho antes de lo previsto, divisábamos el vértice geodésico de la cima, y al pisarla vimos bajo nuestros pies que, efectivamente, estábamos por encima de toda la cordillera. Un paisaje para enmarcar, la cara sur tiene un desnivel superior a los 1000 m. hasta el fondo de los valles, y la oeste muestra la increíble verticalidad de las montañas calizas. El mar Cantábrico se asomaba entre las nubes….


El descenso resultó fácil, si bien llegados al refugio reponíamos agua, pues estas montañas calizas filtran toda la que llueve hacia manantiales subterráneos. Nos quedaba bajar hacia Sotres acumulando un desnivel de más de 1.700 m. en 4 horas.

Repuestos con una buena comida en Arenas de Cabrales y un baño en el fresquísimo río Cares, cogimos la autopista y nos desplazamos a Tarazona (Zaragoza) para emprender un nuevo pico, el Moncayo (2.316 m.). Cenamos a base de unas exquisitas tapas en esta población alegre y con un patrimonio arquitectónico soberbio que invita a ser visitado con mas tiempo.

Descansados del día anterior, el sábado 31 de Julio antes del amanecer estábamos ya en el Santuario de la Virgen del Moncayo, de nuevo éramos los primeros en iniciar la marcha ascendiendo por el sendero tradicional y alcanzando la cumbre del Sistema Ibérico en poco más de hora y media. Divisamos al salir el sol la silueta del Pirineo sobre el fondo anaranjado,  celebramos el pico nº 7 de PICO ESPAÑA y regresamos al Santuario muy acompañados puesto que a esas horas el Moncayo se convierte en una gran romería de personas que quieren subir a la cima. El sol apretaba,  saciamos la sed en las fuentes próximas y un último esfuerzo, volver a Monzón donde nos esperaba la familia después de estos tres días tan provechosos.




De los doce picos que componen el Programa Pico España, llevamos ya siete cimas, estando próximos a cumplir el objetivo de ascender a todos los sistemas montañosos de España. Para el mes de septiembre, hemos programado la Sierra de Gredos (Pico Almanzor) y a la de Guadarrama (Pico Peñalara), ambos en el Sistema Central.

Enlace a las fotos de Santi de Torre Cerredo y el Moncayo.