sábado, 27 de marzo de 2010

Couloir de l'Y

 
Mientras llega la crónica, podemos disfrutar con las fotos en Picasa. Y si no queréis esperar, podéis pasaros por el blog de Ale y Lolo.



lunes, 22 de marzo de 2010

Parque Nacional del Toubkal. Marruecos

 
La ruta de los cuatro miles: Jebel Toubkal (4.167 m), Azro Nidwaarif o Toubkal Oeste (4.030 m), Ras n'Ounanoukrim (4.083 m) y Timesguida (4.089 m)

El sábado 13 de Marzo nueve compañeros del club, Abel, Carmen, Gerardo, Irene, Israel, Loren, Mª Jesús, Nuria, Santi y Manuel partimos con destino al Parque Nacional del Toubkal. El vuelo desde Madrid Barajas con la compañía EasyJet hasta el aeropuerto de Menara, Marrakech, transcurrió puntual y con una pequeña turbulencia sin importancia. A nuestra llegada nos recibió Hussein, con quién nos trasladamos en furgoneta hasta el pueblo de Imlil.


Durante el trayecto empezamos a comprender por qué llaman a Marruecos el país de los contrastes y, más claramente cuando comimos en Imlil el famoso, pero desconocido para nosotros, tajine. A partir de ese momento estabamos inmersos en otra cultura, en la cultura bereber. Desde allí, subimos una media hora andando hacia la aldea de Around, a unos 2.000 m, donde nos esperaba nuestro cocinero Hassan, que nos dio la bienvenida con té. Posteriormente, cenamos cous cous, organizamos la partida para el día siguiente y pagamos la mitad de lo que habíamos contratado con Hamid via e-mail.


Nos levantamos temprano, como durante todo el viaje, y emprendimos la larga subida hacia el refugio de Louis Neltner, 3.207 m, bien contentos porque las mulas cargaban las mochilas. Ibamos ligeros como el viento como diría el poeta Ibn Arabí, de hecho, hay quién ha tenido la feliz idea de comprarse una borriquilla para hacer las excursiones por el Pirineo, y os aseguro que todos estabamos serenos. ¡Genial!


A unos 2.800 metros apareció la nieve y nos convertimos en nuestras propias mulas, ya eramos nosotros mismos, porque ¿qué es un montañero sin su mochila?.


Subimos hasta el refugio donde nos recibió amablemente su guarda Ibrahim, tio de Hassan, de Hussein y de Hamid. Como estaréis comprobando todo queda en familia. Tras instalarnos los diez una habitación de veintiseis, tomamos el té y charlamos felices hasta la hora de la cena, las siete. Seguro que adivinaréis lo que comimos, tajine de pollo. Nada más comer, nos subimos a la habitación porque el refugio estaba lleno y había que ceder sitio al resto de los montañeros y esquiadores.


El tercer día apostamos a la mayor y a las 6,45 de la mañana iniciamos la ascensión al Jebel Toubkal (4.167 m), la montaña blanca, el primer cuatro mil para la mayoría de nosotros. Con la nieve perfecta para los crampones, la larga e inclinada pala iba quedando atrás poco a poco hasta que, a mitad de la misma, apareció Tariq (el de azul agachado de la foto) como un rayo por la derecha. Para qué os voy a contar más,  Israel se va detrás de él y en dos horas, cima. ¡Animal! Parecíamos la banda de Pancho Villa.



En el regreso encaramos de frente el collado e hicimos el segundo cuatro mil del día, el Toubkal Oeste, 4.030 metros. Día mágico para todos, las montañas del Atlas nos sonreían.


Satisfechos por el éxito del día anterior, a la misma hora y con condiciones muy parecidas, encaramos el valle de Mizane hasta el collado, dura subida pero compensada por la entretenida subida a partir de ese momento. Una pequeña trepada, un poquito de arista por aquí y por allá y otra gran pala antes de llegar a la cima del Ras n'Ouanoukrim, 4.083 metros.


Desde el Ras n'Ouanoukrim, el Timesguida fue un tranquilo paseo de treinta minutos pero una explosión de sentimientos al llegar a la cima. Sonrisas y lágrimas, felicidad y compañerismo, todos somos uno o dos, el Club Montisonense de Montaña y el Club de Montaña de la Litera. 


Bajamos bien contentos al refugio tras haber conseguido los objetivos fijados, recogemos las cosas, comemos y nos hacemos la foto de despedida del refugio Neltner con Ibrahim y Hassan.


Las mulas y Marrakech nos esperan. Allí conocemos a Hamid, le damos las gracias por sus servicios y pagamos la otra mitad de lo acordado. Ahora a disfrutar de una cervecita, de la plaza y del zoco. Objetivo cumplido.
 
Enlace al video en YouTube y a los blog de Santi y de Manuel

Y para terminar aquí  tenéis un resumen del video de Santi.

domingo, 14 de marzo de 2010

Ermitas de San Cosme y San Damián, Sierra de Guara

 
El pasado domingo día 14 de Marzo, el club Montisonense nos dirigíamos hacia las ermitas de San Cosme y San Damián, en límite de la sierra de Guara.


Unos 28-30 socios partíamos desde el embalse de Vadiello, se sale desde el parking hacia la presa, cogiendo un camino rodeando el embalse hasta llegar al parking de la tejería, el camino es suave salvo alguna pequeña cuesta. Hacemos una pequeña parada para picar y beber y retomamos la marcha pasando por debajo de una barrera.


Cruzamos el primer barranco, llamado Os Muertos, este llega hasta el embalse de Calcón. Continuando por el sendero cruzamos varias veces el río Calcón, se puede pasar por encima de piedras manteniendo el equilibrio para no mojarse las botas o por encima del agua no cubre mucho, hasta el tobillo más o menos.

Llegamos a la ermita de Fabana, muy bonita por fuera pero derruida y medio quemada por dentro, en el interior aun se dejaba ver un pequeño horno. Un traguito de agua y continuamos, aquí el grupo se distancia un poco, una compañera tenia problemas con las botas que le hacían daño en el tobillo, y unos cuantos nos quedamos a ponerle una gasa, el resto del grupo continuo sin darse cuenta.

Nos volvimos a juntar en otra ermita, la virgen de Fabana, y tras una pequeña riña por separarse el grupo continuamos el recorrido, llegamos a la fuente santa, a la sombra de una higuera “a la que llegan enfermos que al lavarse quedan sanos, especialmente los niños quebrados que ya lavados cuelgan las vendas en la higuera y vuelvan alegres a sus casas”.

Por último, llegamos al santuario de San Cosme y San Damián, donde un hombre nos esperaba para enseñárnoslo pero no pudo ser ya que el interior está en obras. Se accede al santuario por una puerta fechada en 1730 y a la derecha se encuentran los santos a los cuales tuvimos que ver de lejos. En la fachada se encuentra un reloj de sol del siglo XVIII.

Las construcciones se arriman a los conglomerados que entierran las calizas de guara.
En este bonito lugar estuvimos comiendo y descansando, hacia un día increíblemente bueno después del invierno que hemos pasado, el sol nos daba con poca fuerza pero apetecía quedarse tumbado tomando el sol o andar descalzo sobre el césped.  

Emprendemos de nuevo la ruta y, tras cruzar el barranco, llegamos a una cruz cubierta, en el interior se encontraba un pequeño belén y volvemos al camino de vuelta al embalse en el que las vistas a los mallos de lazas son impresionantes, se observan las cuevas formadas por el agua, incluso aparecen caras con un poco de imaginación, hasta el mallo de la mitra parece que nos hace una burla, se asemeja a una mano con un dedo levantado.

Llegamos al parking donde habíamos dejado los vehículos, desde el cual se observaban unas cabras por encima del túnel, y tras un bonito día casi de primavera la ruta llega a su fin.
 
Aquí tenéis el enlace a las fotos.